jueves, 12 de diciembre de 2013

Abuelito por qué causa los países extranjeros explotan nuestro petróleo?

― ¿Me ayudas con la tarea, abuelito?
― ¿De qué se trata, mi hijo?
― Dice “¿Por qué causa los países extranjeros explotan nuestro petróleo?”
― ¡Ah, pues está fácil! Deja te cuento. Las compañías transnacionales que se dedican a extraer y producir hidrocarburos compran barcos y edificios con costo de miles de millones de dólares, construyen oleoductos gigantescos y plataformas marinas monumentales. Sin duda, son las empresas más poderosas y ricas del mundo. Y también aprovechan ese poder y dinero para organizar gobiernos a su antojo. El propio presidente de Estados Unidos, George W. Bush, que fue un idiota belicoso e ignorante, llegó a la presidencia de su país gracias a esas empresas para apoderarse de otro país productor de petróleo llamado Irak. 
— ¡¿Neta, abuelito?!
― Neta… Luego hicieron casi lo mismo en México. Apoyaron a un individuo ignorante y falto de total capacidad que les había prometido cederles el petróleo que pagaba la poca infraestructura social que se hacía como hospitales y escuelas y sobre todo, canceló la educación gratuita que se sostenía gracias a la producción petrolera. Ese mequetrefe, que confundía estados y capitales, se llamaba Enrique Peña Nieto.
― Pe-ña… Nie…to.
—Pero él era solamente un títere del mayor vende patrias que hubo en México desde López de Santana… Carlos Salinas de Gortari.
―…de… Gor… ta…ri.

― Después se supo que los diputados y senadores que aprobaron la iniciativa de Peña Nieto fueron sobornados por aquellas empresas transnacionales. Les mandaron dinero a raudales y les prometieron más a cada uno cuando su negocio se hubiera concretado. No había otra explicación para que los legisladores “mexicanos” suscribieran y defendieran semejante traición a México. El tiempo todo lo aclara, ahora el nombre de cada senador y diputado de la LXII Legislatura está escrito con letras de estiércol.
― Es…ti…er…col.
―Ya ves como están las cosas ahora que han pasado muchos años de eso. Ya no hay ni clínicas ni escuelas gratuitas, la gente tiene que pagar por todo lo que antes le correspondía al gobierno: pavimentar una calle, colocar alumbrado, levantar un puente, la seguridad pública, porque ya no hay dinero para hacerlo. Y hay escuelas muy buenas, pero si quieres estudiar un idioma, tus padres pagan una cuota, si quieres practicar un deporte, tus padres pagan otra cuota, si quieres usar laboratorios o canchas de juego, tus pagan pagan otra cuota más. De otro modo, te vas a una escuela de las que sólo tienen un maestro improvisado para atender a cien chamacos. Así son ahora las cosas.
— ¿Y eso cuándo ocurrió?
— En diciembre del 2013… cuando esos legisladores hijos de perra aprobaron la Reforma Energética.
— Hi…jos…de…pe…rra… Gracias abuelito… Yo creo que con esto me basta. ¡Adiós!
― De nada, hijo… Vete con cuidado. Y perdóname por no haber defendido tu patrimonio. 


Por: José De Jesús Rodarte.

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