Comparativamente hablando, estas casi milagrosas construcciones de fulereno pueden conseguir estructuras 500 veces más fuertes que el acero con solo una décima parte de su peso. La Universidad del Estado de Florida, en EE.UU, está trabajando ahora para conseguir la forma de fabricarlo a un coste lo suficientemente reducido como para hacer posible su producción en masa.
Actualmente dos de los problemas en la producción de planchas de buckypaper es la dificultad para crear formas suaves y adoptar ángulos "extraños", punto último que parece haberse solucionado empleando campos magnéticos para alinear sus nanotubos.
Las muestras actuales son en cualquier caso prometedoras, y antes de que termine 2009, los investigadores esperan conseguir un buckypaper tan duro como la fibra de carbono IM7 (tres veces más resistente que el acero), pero un 37% más ligero. Además, y como buen derivado de los nanotubos de carbono, el buckypaper es un excelente transmisor de la energía eléctrica, y tampoco tendría problema alguno disipando el calor generado por un hipotético motor de explosión o un paquete de baterías.
Como sucede con todos los nuevos materiales, lo lógico es que antes que a nuestros coches llegue a la industria aeroespacial y los circuitos de la F1, pero la esperanza está allí. Suponemos que el próximo paso serán las láminas autoadhesivas de buckypaper de imitación para los tuneros en apuros.
Artículo por Alberto Ballestin de 22 de Oct del 2008http://es.autoblog.com
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